He por fin llegado, de ese gran letargo, he vuelto herido, he vuelto incompleto, me he cercenado mi otra mitad, he dejado otra vez de soñar, y he tenido que aterrizar a la realidad.
Habrá que abrirle paso en mi mente, a los recuerdos que están por venir de ese letargo, he de tener que hacer un gran espacio para ellos, se necesita una bóveda muy grande, para guardar y atesorar en ella, cada uno de esos momentos, en los que me hizo feliz, o bueno, en los que fuimos felices.
Pero de forma tomentosa, también tendrán que estar grabados, los recuerdos, que han hecho, que tenga que volver a la realidad, para reafirmar que todo fue mi culpa, me mortifica, y me mortificara cada vez que abra la bóveda, y me de cuenta, de que ya no estamos juntos.
Tengo que decirle adiós, y en verdad, le tengo que dejar irse, agradecerle por todo lo bonito que fue, soñar de su lado, y desearle lo mejor para su futuro.
Pero tengo que decir, que no volví solo con recuerdos, regrese, con un gran cúmulo de aprendizajes, que han hecho que crezca, y que madure, y no solo aprendí a valorar el error, para seguir adelante, y no volverlo a cometer, si no a saber afrontar las consecuencias, de las buenas y malas decisiones que he tomado.
Se siente raro estar de vuelta en esta realidad y más, porque no la estoy viviendo solo.
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